La familia Gil empezó su actividad vitivinícola en Horta de Sant Joan durante la primera mitad del siglo XIX y desde entonces ha ido creciendo y desarrollando su negocio constantemente.
En 1842 Ramon Gil compró algunas parcelas rústicas de tierra que convirtió en viñedos, y construyó la primera bodega. Su hijo Antonio Gil continuó su trabajo de vinificación, incrementando el negocio familiar mediante la compra de uvas a nivel local y contruyendo una nueva bodega para elaborar los aguardientes típicos de la zona.
Rodrigo Gil, la tercera generación, fue pionero en la instalación de maquinaria moderna para la elaboración del vino. Empezó a comprar uvas de pueblos más lejanos.
Elias Gil, el actual gerente, trasladó la actividad a una nueva bodega en Gandesa con todas las instalaciones necesarias para hacer vinos modernos adaptados a un mercado de consumidores de alta calidad. Con las nuevas tecnologías, la demanda creció de manera exponencial e hizo necesario ampliar la bodega en 1997 e inaugurar una segunda bodega cuatro veces mayor que la anterior en Mora la Nova.
La Vinícola de Gandesa se encuentra en las“tierras altas”del sur de Cataluña, sobre el río Ebro. Es un paisaje montañoso y dramáticamente salvaje donde solo vides, almendras, aceitunas y cerezas consiguen sobrevivir al clima rudo y árido.
Muchos de los viñedos están situados alrededor de Horta de Sant Joan, el hogar de los Caballeros Templarios. Son vides de bajo rendimiento (9.000 kilos por hectárea) cultivadas en suelo arcilloso y pedregoso. Están situados a 400 metros sobre el nivel del mar, con 2.800 horas de sol al año y sólo 350 – 500 mm de precipitación anual.
Actualmente, esta empresa familiar tiene una capacidad de 12 millones de kilos de uva al año y dispone de una bodega de crianza con capacidad para más de 6.000 barricas de roble, pudiendo elaborar vinos con DO Terra Alta, DO Tarragona y DO Catalunya.